Hace años, cuando los empresarios italianos discutían sobre la internacionalización, la mayor importancia se atribuía a la deslocalización de la producción.
Los tiempos y las leyes han cambiado, el principio de libertad de establecimiento dentro de los países de la Unión Europea establecido por el tratado que estableció la Comunidad Europea ha sido reiterado cada vez más a menudo por el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea (sentencia Centros 09.03.1999) (sentencia emitida el 12.09.2006 en el caso N. 196/04 Cadbury/Schweeps) y finalmente también el Tribunal Supremo de Casación con sentencia de 22/30 de octubre de 2015 (Caso Dolce&Gabbana) lo reiteró.
La legislación comunitaria permite a las empresas de cada país de la UE y, por lo tanto, a las empresas italianas, constituir empresas en los diferentes países europeos, con las que operar en el escenario internacional y beneficiarse de los impuestos más favorables de algunos países de la Unión.
El Reino Unido es uno de los países europeos al que las empresas italianas y los ciudadanos italianos miran con mayor interés en vista de una fiscalidad ligera destinada al desarrollo económico de las empresas inglesas (UK Companies) y para ello, al desarrollo de la prosperidad del Reino Unido.
Las perspectivas y horizontes de las Autoridades Tributarias (Tax Authority) en el Reino Unido son muy diferentes de los de la Autoridad Tributaria Italiana.
Cada país tiene su propia historia y en la historia británica han influido quizás más que otras tesis liberales, abriendo nuevos horizontes también en el ámbito económico.
- Cómo no considerar la contribución de Adam Smith que ya a finales del siglo XVIII "llegó a la consideración de que para promover el bienestar de una nación, cada individuo, respetando la ley, debía ser libre de perseguir sus intereses a su manera y de poner tanto su trabajo como su capital en competencia con los de otros individuos. No es por la benevolencia del carnicero del cervecero o del penadero que esperamos nuestro almuerzo, sino del hecho de que cuidan su propio interés.
El individuo persigue egoístamente su ganancia personal, pero se ve facilitado por una mano invisible que lo empuja a promover el bien público que no forma parte de sus intenciones.
Esta última afirmación es particularmente sorprendente teniendo en cuenta que durante gran parte de la historia del hombre, el hecho de actuar en su propio interés (es decir, tratar de acumular riqueza) ha sido percibido como deplorable y en algunos casos, considerado ilegal” (Alan Greenspan – Adam Smith Memorial Lecture Kirkcaldy – Escocia 6 de febrero de 2005).
En el Reino Unido, y en el mundo anglosajón, actuar por el propio interés no se evalúa negativamente y esta es quizás la clave para comprender la fluidez, el dinamismo, en otras palabras, la expresión también en el campo económico de la libertad, valor fundamental en los países anglosajones.
De este modo, se comprenden las raíces históricas del mundo británico y la oportunidad de insertarse en él para gestionar mejor la actividad económica en el escenario internacional.
Sin embargo, para acceder como protagonistas al escenario internacional, no es suficiente la constitución de una empresa en el Reino Unido, se debe contar con una adecuada asistencia legal y fiscal para poder elaborar las estrategias operativas, los contratos apropiados, las participaciones más incisivas y las precauciones que permitan realizar una entidad eficiente, que pueda operar dinámicamente en los principales mercados extranjeros, con eficiencia y rentabilidad, manteniendo también, para quienes lo deseen, relaciones contractuales con las empresas italianas.
También es necesario poder disponer de un asesoramiento jurídico y fiscal de alcance internacional y que forme parte de una red de bufetes jurídicos y contables, en los principales países del mundo.
Por lo tanto, se abren nuevos horizontes, pero para navegar hacia nuevas tierras, se necesita un oficial de ruta que tenga un profundo conocimiento de la navegación, para evitar naufragios trágicos.
Milán, 2 de mayo de 2016.
Avv. Giovanni Babino
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